Rembrandt, Loop, Butterfly,… Estos nombres tan sugerentes hacen referencia a diferentes formas de iluminar un rostro. La luz, materia prima de la fotografía, es fundamental para obtener buenos –o malos- resultados. Sobre todo si procede de nuestro flash. Por eso, hoy vamos a ver cómo iluminar un retrato en nuestro estudio fotográfico.

Aunque para el profano en la materia pudiera parecer cualquiera que tenga una cámara puede convertirse en fotógrafo, lo cierto es que son tantos los aspectos a tener en cuenta que, hoy en día, quien decida dedicarse a esa actividad no debería de dudar ni un segundo en estudiar fotografía profesional en un buen centro de formación reglada. Esos conocimientos repercutirán directamente en la calidad de nuestras fotos. De entre todos esos aspectos diferenciadores hoy vamos a centrarnos en la iluminación de retratos. Antes de detallarlos uno por uno, vamos a ver qué accesorios necesitamos.

 

Flash externo

A la hora de iluminar un retrato no empleamos luz frontal. Por lo tanto, necesitamos un flash que pueda dispararse desde una posición diferente a la de la cámara. Por otra parte, separando el flash de la cámara evitaremos ojos rojos, reflejos… Y muchas horas de retoques, además de un resultado poco natural.

 

Difusores y reflectores

Los primeros difuminan la luz y los segundos la reflejan, rellenando sombras o iluminando zonas donde ésta no llega. Existen reflectores blancos (el resultado es más natural), plateados (resultado más brillante, sin variar la temperatura de color), dorados (aportan calidez a la piel) y negros (resaltan las sobras y los contrastes).

Tampoco está de más contar con un trípode, que no solo nos permitirá estabilizar la imagen. También nos ayudará a practicar convirtiéndonos en nuestro propio modelo.

Ahora sí podemos comenzar, no sin antes advertirte que no te desanimes si no consigues los efectos deseados a la primera. Ten en cuenta que todas estas técnicas se conocen como técnicas de iluminación avanzada y se les resisten incluso a los que ya han comenzado a estudiar fotografía artística. Paciencia y ¡mucha práctica!

 

Rembrandt Light

Iluminar un retrato con este efecto es sencillo. Solo tenemos que colocar el flash en un ángulo de 45º respecto a la cámara, que está frente al retratado. Y en el lado opuesto, también a 45º, el reflector.

¿El resultado? Un rostro con una parte iluminada y otra en penumbra, con un característico triángulo de luz en esta última.

Foto: Jefferson Clark

 

Split Light

Este efecto de iluminación es más exagerado y dramático, puesto que un lado de la cara queda totalmente en sombra. De hecho, el término split significa partir o dividir.

Para lograrlo, colocamos la fuente de luz en el perfil que deseamos iluminar y a 90º de la cámara. En este caso no empleamos reflector.


 

Broad Light

El tercer modo de iluminar un retrato es una mezcla de los dos anteriores. Tenemos que situar el flash a 45º de la cámara, como en el primer ejemplo. Pero el sujeto a fotografiar gira la cara 45º en sentido opuesto. Así, muestra claramente un perfil de su rostro y mantiene oculto el otro.

 

Butterfly Light

Este nombre tan poético hace referencia a la sombra que esta iluminación genera bajo la nariz del individuo retratado. Y que tiene forma de mariposa.

En este caso, el sujeto recibe la luz desde arriba. Debemos colocar el flash a 45º respecto a la cámara. Pero en el plano vertical, sobre la misma.

 

Loop Ligth

El resultado de esta forma de iluminar un retrato es parecido al Butterfly. Pero con las sombras desplazadas ligeramente hacia el lado opuesto a la luz. Este efecto se produce porque el flash se sitúa a 45º de la cámara tanto en el plano horizontal como en el vertical.

Dicho esto, y como te recomendábamos más arriba, ya solo queda practicar, practicar y practicar.