La caída de las hojas, un banco vacío… El otoño es una época preciosa para sacar fotografías de naturaleza y paisajes. Pero da la sensación de que está todo ‘inventado’. Y todas las fotos parecen la misma. Aquí van algunos consejos para sacar partido a esta estación y fotografiar el otoño de forma diferente.
A quien madruga…
Si quieres obtener buenas tomas, tendrás que madrugar, ya que el amanecer es el mejor momento para fotografiar el otoño. Y no sólo porque el ángulo de incidencia de la luz resaltará los tonos rojizos y amarillos. También porque encontrarás menos gente –o nadie- por la calle.
Ten en cuenta que las imágenes de esta época destilan soledad y melancolía, mostrando paisajes solitarios o con pocos transeúntes. Además, si vas a un parque temprano, podrás fotografiar las hojas antes de que las retiren los servicios de limpieza.
Otra ventaja de madrugar es que puedes encontrar bancos de niebla. Consulta las predicciones meteorológicas la víspera para dotar a tus fotos un ambiente único, difícil de encontrar en otra época del año.
No obstante, si no puedes salir temprano, haz las fotos a última hora de la tarde. También encontrarás buena luz, suave y dorada. Por el contrario, evita las horas centrales del día.
Muchas hojas (o no)
Cuando pensamos en fotografiar el otoño lo primero que nos viene a la cabeza son las hojas. Montañas de hojas cubriendo los parques y caminos. No obstante, y por bellas que sean, hay miles de fotografías similares.
Para captar un otoño original no es necesario que te olvides de las hojas, pero puedes jugar con las tonalidades. Buscando una que destaque sobre la predominante o resaltando los matices de un único color.
Otra opción es recurrir a la fotografía macro, en vez de retratar paisajes. Prueba a poner el foco de atención en una sola hoja, recreándote en sus formas y detalles.
Las imágenes de otoño suelen ser muy estáticas. Un truco para darles más dinamismo es tirar hojas al aire y fotografiarlas cayendo con ayuda del trípode y un disparador remoto. Cambia la velocidad de obturación para reflejar el movimiento o congelar la caída.
El reflejo de los árboles y las hojas en el agua –lagos, ríos e incluso charcos- también puede ayudarte mucho.
Sin salir de casa
A la hora de fotografiar el otoño, podemos recrear sus colores y esencia sin salir de casa. ¿Cómo? Montando bodegones con frutas y frutos característicos de esta estación. Higos, castañas, naranjas, calabazas…
No obstante, la clave no está tanto en tu cesta de la compra, como en crear una buena composición. Pela o casca algún elemento, para transmitir dinamismo y abrir el apetito el espectador. Y utiliza cestas, telas, superficies de madera… para combinar texturas.
Protege tu equipo
De todas formas, si eres más de hojas secas que de bodegones, recuerda prepararte adecuadamente para fotografiar el otoño. No salgas a sacar fotos sin protegerte del frío y la lluvia; de lo contrario, no podrás trabajar a gusto.
También tienes que proteger el equipamiento y material fotográficos, para que no se mojen. No olvides llevar una bolsa de lluvia para la cámara.