El objetivo de la fotografía es transmitir sensaciones, dar a conocer lugares, mostrar historias o mostrar la realidad. Para ello hay que conseguir que nuestras fotografías tengan profundidad, sobre todo cuando queremos transmitir sensación de movimiento. A continuación os dejo algunos métodos para tomar fotografías con sensación de movimiento.
Técnica del barrido
Consiste en configurar el tiempo de exposición, de forma que sea relativamente pequeño, para fotografiar a algo o alguien que esté en movimiento. El tiempo de exposición elegido variará en función de la velocidad de lo que queramos fotografiar. Cuanto más lento se mueva mayor será el tiempo de exposición, y al contrario. Si el tiempo es demasiado lento la foto se verá borrosa, apenas una mancha, pero si el tiempo es demasiado corto, se perderá la sensación de movimiento.
Para hacer un barrido, además de configurar una velocidad lenta, hay que acompañar con la cámara el movimiento de lo que queramos fotografiar, de manera que todo salga borroso excepto nuestro sujeto. Es aconsejable tomar varias fotografías con el modo ráfaga y configurar el modo de enfoque continuo. Pero es importante tener paciencia y esperar al momento adecuado, y saber que no siempre vamos a conseguir la foto deseada al primer intento.
Utilizando el flash
Se puede combinar una velocidad lenta con el flash y se conseguirá congelar la imagen, consiguiendo una mayor nitidez. Primero habría que configurar una velocidad lenta de obturación y al activar el flash, se congela la imagen y ésta no sale tan borrosa, sino que da sensación de movimiento. El movimiento se congelará durante el tiempo que dure el flash, que normalmente son unas milésimas de segundo.
Velocidad rápida
Para conseguir una sensación de movimiento no siempre es necesario configurar una velocidad de obturación lenta. A veces, cuando estamos ante alguna acción en movimiento, se puede congelar en un momento determinado y se obtiene el mismo resultado. Consiste en saber tomar la foto en el momento adecuado, de forma que se transmita la sensación de que lo que aparece en la fotografía se está moviendo, pero sin que salga borroso. Este método es sencillo, pero al principio no se suelen tener buenos resultados. La clave está en practicar para saber configurar la cámara en todo momento.
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