Además de proteger y facilitar el transporte del producto, el envase es la primera carta de presentación de una marca. Y un vehículo para reflejar y transmitir los valores de las empresas. En la actualidad, uno de los principales retos que afronta es el packaging sin plástico.
Una estrategia con la que quieren reafirmar su compromiso con el entorno y atraer a un consumidor preocupado por la huella que genera.
Plásticos en el mar
El modelo económico de usar y desechar, que requiere ingentes cantidades de energía y recursos baratos, está al límite. Y cada vez son más los consumidores y empresas que apuestan por alternativas que optimicen recursos y minimicen los riesgos.
En el caso del plástico, las noticias son dramáticas. Se trata de un material que está destrozando el medio ambiente. De hecho, el 80% de los residuos marinos son de plástico, y el 60% proceden de embalajes de un uso.
Para 2050 habrá más plástico que peces flotando en el mar. Y una botella de este material tarda más de 500 años en degradarse en el fondo marino. (Vamos, que si Colón hubiera tirado una botellita en su primer viaje, aún estaría allí). Si sigue la producción actual, habrá 12.000 millones de toneladas de basura plástica arrojada en vertederos… o en el medio ambiente.
Botella de agua reciclable Water Papel Bottle, una alternativa al problema de las botellas de plástico.
Vertederos colapsados
Por otro lado, la decisión de China el año pasado de no comprar “basura extranjera” ha precipitado el proceso. El 1 de enero de 2018 el país asiático dejó de comprar residuos a otros países. Principalmente plásticos que convertía en resina para producir botellas y tuberías. Y que cerraba el ciclo de reciclaje en muchos países.
Solo en Europa se consumen anualmente 46.000 millones de botellas de bebida o 16.000 millones de tazas de café desechables. No es de extrañar que, con los vertederos colapsados, la Comisión Europea esté tomando medidas, como impuestos para reducir el uso de plásticos. Aunque una forma de no generar residuos plásticos es no fabricarlos.
Grow With Me!, de Cristina Castells, Mª Fernanda Peña y Andrea Ribera (Escuela de Diseño e Ingeniería de Barcelona). Pack realizado con materiales biodegradales que anima a los niños a comer legumbres y sirve para plantar semillas.
Plástico evitable
El packaging sin plástico debe aunar sostenibilidad y creatividad. Una alternativa la ofrecen los envases en papel reciclado, que en Reino Unido sustituirán a los de plástico en los próximos 5 años.
También hay bolsas biodegradables que no sólo conservan los alimentos de la humedad, la temperatura y otros efectos atmosféricos. Además, este packaging sin plástico se puede imprimir, por lo que no se pierde el elemento diferenciador y de calidad que aporta el diseño gráfico.
Otro punto de atención es para el “plástico evitable”. ¿Necesitan frutas como el plátano o las naranjas una “funda” de plástico? Como mucho, una caja de cartón. O una bolsita 100% compostable.
Bolsas biodegradables para el almacenamiento y transporte de alimentos de Clifton Packaging.
Menos plásticos en el embalaje
El diseño de envases sostenibles también tiene en cuenta una mejor eficiencia logística. Que ahorre emisiones de dióxido de carbono, pero también dinero. Un ejemplo es lo que hace Ikea al concebir productos que pueden viajar en paquetes planos. Pensados para eliminar durante el transporte a los llamados “ladrones del aire”.
El transporte tiene otro problema a la hora de concebir packaging sin plástico. Se emplean cajas de cartón, pero los productos se envuelven en plástico de burbuja o llevan plásticos de relleno. En el mercado hay alternativas ecológicas de polietileno reciclado, papel o almidón de maíz.