El ‘oro líquido’ es uno de los alimentos básicos de la dieta mediterránea. Y se envasa y almacena desde el origen de la agricultura. De hecho, en muchos museos podemos ver las ánforas de barro que se empleaban para conservarlo.
Hoy en día tenemos la misma necesidad: garantizar su transporte y almacenamiento para que no pierda sus propiedades organolépticas. Aunque el packaging para aceite de oliva también debe aportar valor añadido y contribuir al éxito del producto.
En España, donde la calidad del virgen extra es altísima, cada vez somos más conscientes de la importancia de transmitir dicha calidad al consumidor final y de incrementar las ventas gracias al diseño de los envases y etiquetas.
AOVE extra Premium de Hacienda Guzmán, en botella de vidrio.
Vidrio y porcelana
En el caso del aceite de oliva virgen extra, el envase es fundamental para evitar que el producto se oxide y envejezca. Tiene que protegerlo de la luz, el oxígeno, y las temperaturas altas y bajas… Además de mostrar la información al consumidor.
Un material habitual es el vidrio. Aunque parece nos encontramos siempre con la misma botellita y diferente pegatina, lo cierto es que podemos emplearlo con múltiples formas.
Envase de formato exclusivo diseñado por Philippe Starck para LA Organic.
Una manera de diferenciar una marca de otra y evitar la falsificación es personalizar el molde o hacer el logotipo en relieve. Para impedir que la luz dañe el producto y garantizar la calidad del mismo, el vidrio tiene que ser grueso y opaco. Algunos aceites se presentan en escuches como auténticos perfumes, con diseños lujosos y minimalistas.
Casitas de Hualdo, pensado para que el público infantil adopte hábitos de alimentación saludable.
Otro material que puede emplearse en el packaging para aceite de oliva es la porcelana. Aunque es muy frágil y tiene un precio alto, aporta diferenciación y distinción, por no hablar de la calidad. Son recipientes de lujo para un producto de lujo.
Frasca artesanal y pintada a mano, de edición limitada, de la marca 1490.
Metal y ecológicos
Junto al vidrio -y al plástico, pero aquí estamos hablando de diseño y calidad-, la lata es otro de los materiales tradicionales del packaging para aceite de oliva. Es muy resistente –útil para el transporte y almacenamiento-, y no deja pasar la luz. En la actualidad, las marcas están dejando de lado el formato de 5 litros y apostando por envases más pequeños, que dan mucho juego.
Estuche metálico de 2,5 litros de AOVE ecológico de categoría superior de Oleosierra.
Como sucede con otros alimentos, la tendencia en packaging para aceite de oliva busca soluciones respetuosas con el medio ambiente. Con envases y embalajes reciclables que buscan reducir residuos. Pero sin perder las características y calidad del producto. Algunas firmas usan materiales biodegradables, hechos con bioplásticos a partir de caña de azúcar o maíz. O estuches de cartón y papel reciclado.